lunes, 23 de enero de 2012

Agenda de actividades alternativas

Copiamos parte de la agenda de la web "Otra Región de Murcia es posible"

Martes, 24 de enero a la(s) 19:30
Mesa redonda "¿Queda espacio para el debate? Para qué y cómo debatir hoy".
Lugar: Hemiciclo de la Facultad de Letras. Foro ciudadano de Murcia.

Jueves 26 de Enero. A partir de las 22.00.
Concierto de canción de autor, ciclo AMCA. Actúan Arturo García y Borja Casado. En el ateneo cultural Los pájaros de La Albatalía. www.murciacanciondeautor.net

El próximo viernes 27 de enero a partir de las 18:00 hs
presentaremos la charla-debate "El compromiso social del Artista. Arte y contrapublicidad". Será. en el aula 2.8 del edificio Rector Sabater, Ronda de Levante, Murcia. Centro de estudios 15M.




Domingo 29 de enero 2012. 12.00 a 20.00h
Jardín del Malecón MURCIA
DOMINGO SIN PRISA. Os recuerdo: trueque, micro abierto, comida gratis, juegos... lo que deseemos hacer, es nuestro espacio. Organizan Rama, Traper@s, Amca y Biosegura.

Lunes, 30 de enero 2012 · 20.15h.  Aula Cultural - CAM
CONFERENCIA Jóvenes y rebeldía en red
Víctor M. Marí Sáez Organiza: Foro Ignacio Ellacuría.

Viernes 3 de febrero 19 h AULA ANTONIO SOLER
Campus de la Merced. Asistencia libre hasta completar aforo
Charla LA LEY ELECTORAL VIGENTE: razones, beneficios y perjuicios. Alternativas

Sábado 4 de febrero, 22.00h :
Ciclo de canción de autor en la asociación cultural La azotea (calle de la estrella, 2). Actúa Jesús Cutillas. Organiza AMCA. www.murciacanciondeautor.net

Miércoles 8 de febrero.
Taller de ACCIÓN DIRECTA NO VIOLENTA, es un formato muy participativo y dinámico, lo propio para ese tema. El taller dura unas 4 horas. Así que si empezamos a las 17.30, contad que hasta las 21,30.
Sería interesante confirmar la asistencia, pues necesitamos ser como mínimo 15 para poder realizar el taller. Más información: kkkisko@hotmail.com
Lugar: CSOlaguarderia (csolaguarderia.squat.net)
> Murzia Tropikal
> Paseo del Malecón
> (Frente a los maristas del malecón)

Jueves, 16 de febrero 2012 · 20.15h.   IES "Licenciado Francisco Cascales"
CONFERENCIA Crisis económica, ¿alternativas en el capitalismo / alternativas al capitalismo?
Arcadi Oliveres Organiza: Foro Ignacio Ellacuría.

Viernes, 17 de febrero 20.00h
FIARE, un proyecto de banca cooperativa. Charla debate en Los pájaros. Asistencia de Peru Sasia y Clara Soler del equipo estatal de Fiare. Organiza el grupo de apoyo de Fiare en Murcia.

Sábado, 18 de Febrero de 2012. 8 horas y media. de 10 a 14h y de 16 a 20:30h
C/Floridablanca, 75, 1º Dcha. (Enfrente de Gasolinera el Rollo - Local de CGT)
MATEMÁTICAS DIVERTIDAS      “Otra manera de afrontar su enseñanza”
      Antonio Rodríguez  http://antoniamaymon.wordpress.com/cursos/

24 de febrero 19h AULA ANTONIO SOLER
Charla. Europa - El Euro, Las reformas económicas y un futuro común
Campus de la Merced. Asistencia libre hasta completar aforo

Sábado, 3 de marzo de 2012. 8 horas y media de 10 a 14h y de 16 a 20:30h
C/Floridablanca, 75, 1º Dcha. (Enfrente de Gasolinera el Rollo - Local de CGT)
CUENTOS PARA CRECER  “Decodificando su lenguaje”
      Lorenzo Antonio Hernández Pallarés

9 de marzo 19h AULA ANTONIO SOLER
Charla. Europa - El Euro, Las reformas económicas y un futuro común
Campus de la Merced. Asistencia libre hasta completar aforo

23 de marzo 19h AULA ANTONIO SOLER
Charla. Opciones para la libre elección de tratamientos sanitarios
Campus de la Merced. Asistencia libre hasta completar aforo

13 de abril 19h AULA ANTONIO SOLER
Charla. Opciones para la libre elección de tratamientos sanitarios
Campus de la Merced. Asistencia libre hasta completar aforo

Viernes 27 de abril – de 17:30 a 20:30h
Sábado 28 de abril – de 10 a 14h y de 16 a 20h
C/Floridablanca, 75, 1º Dcha. (Enfrente de Gasolinera el Rollo - Local de CGT)
RELAJACIÓN VIVENCIAL EN EL AULA  “Educación para la salud de profesora/es y alumnas/os” Rita Griesche

miércoles, 4 de enero de 2012

Keynes tenía razón. Artículo de Paul Krugman

El economista Paul Krugman, premio Príncipe de Asturias 2004 y Premio Nobel 2008, no está de acuerdo con la actual política de recortes.
En El País del pasado lunes encontramos una de sus argumentaciones. Los subrayados son nuestros.


TRIBUNA: PAUL KRUGMAN

Keynes tenía razón

"La expansión, no la recesión, es el momento idóneo para la austeridad fiscal". Eso declaraba John Maynard Keynes en 1937, cuando Franklin Delano Roosevelt estaba a punto de darle la razón, al intentar equilibrar el presupuesto demasiado pronto y sumir la economía estadounidense -que había ido recuperándose a ritmo constante hasta ese momento- en una profunda recesión. Recortar el gasto público cuando la economía está deprimida deprime la economía todavía más; la austeridad debe esperar hasta que se haya puesto en marcha una fuerte recuperación.

Por desgracia, a finales de 2010 y principios del 2011, los políticos y legisladores en gran parte del mundo occidental creían que eran más listos, que debíamos centrarnos en los déficits, no en los puestos de trabajo, a pesar de que nuestras economías apenas habían empezado a recuperarse de la recesión que siguió a la crisis financiera. Y por actuar de acuerdo con esa creencia antikeynesiana, acabaron dándole la razón a Keynes una vez más.

Lógicamente, al reivindicar la economía keynesiana choco con la opinión general. En Washington, en concreto, la mayoría considera que el fracaso del paquete de estímulos de Obama para impulsar el empleo ha demostrado que el gasto público no puede crear puestos de trabajo. Pero aquellos de nosotros que hicimos cálculos, nos percatamos, ya desde el primer momento, de que la Ley de Recuperación y Reinversión de 2009 (más de un tercio de la cual, por cierto, adquirió la relativamente ineficaz forma de recortes de impuestos) se quedaba demasiado corta teniendo en cuenta la gravedad de la recesión. Y también predijimos la violenta reacción política a la que dio lugar.

De modo que la verdadera prueba para la economía keynesiana no ha provenido de los tibios esfuerzos del Gobierno federal estadounidense para estimular la economía, que se vieron en buen parte contrarrestados por los recortes a escala estatal y local. En lugar de eso, ha venido de naciones europeas como Grecia e Irlanda que se han visto obligadas a imponer una austeridad fiscal atroz como condición para recibir préstamos de emergencia, y han sufrido recesiones económicas equiparables a la Depresión, con un descenso del PIB real en ambos países de más del 10%.

Según la ideología que domina gran parte de nuestra retórica política, esto no debía pasar. En marzo de 2011, el personal republicano del Comité Económico Conjunto del Congreso publicó un informe titulado Gasta menos, debe menos, desarrolla la economía. Se burlaban de las preocupaciones de que un recorte del gasto en tiempos de una recesión empeoraría la recesión, y sostenían que los recortes del gasto mejorarían la confianza del consumidor y de las empresas, y que ello podría perfectamente inducir un crecimiento más rápido, en vez de ralentizarlo.

Deberían haber sido más listos, incluso en aquel entonces: los supuestos ejemplos históricos de "austeridad expansionista" que empleaban para justificar su razonamiento ya habían sido rigurosamente desacreditados. Y también estaba el vergonzoso hecho de que mucha gente de la derecha ya había declarado prematuramente, a mediados de 2010, que la de Irlanda era una historia de éxito que demostraba las virtudes de los recortes del gasto, solo para ver cómo se agravaba la recesión irlandesa y se evaporaba cualquier confianza que los inversores pudieran haber sentido.

Por cierto que, aunque parezca mentira, este año ha vuelto a suceder lo mismo. Muchos proclamaron que Irlanda había superado el bache, y demostrado que la austeridad funciona (y luego llegaron las cifras, y eran tan deprimentes como antes).

Pero la insistencia en recortar inmediatamente el gasto siguió dominando el panorama político, con efectos malignos para la economía estadounidense. Es verdad que no hubo ninguna medida de austeridad nueva digna de mención a escala federal, pero sí hubo mucha austeridad "pasiva" a medida que el estímulo de Obama fue perdiendo fuerza y los Gobiernos estatales y locales con problemas de liquidez siguieron con los recortes.
Claro que, se podría argumentar que Grecia e Irlanda no tenían elección en cuanto a imponer la austeridad, o, en cualquier caso, ninguna opción aparte de suspender los pagos de su deuda y abandonar el euro. Pero otra lección que nos ha enseñado 2011 es que Estados Unidos tenía y sigue teniendo elección; puede que Washington esté obsesionado con el déficit, pero los mercados financieros están, en todo caso, indicándonos que deberíamos endeudarnos más.

Una vez más, se suponía que esto no debía pasar. Iniciamos 2011 con advertencias funestas sobre una crisis de la deuda al estilo griego que se produciría en cuanto la Reserva Federal dejara de comprar bonos, o las agencias de calificación pusieran fin a nuestra categoría de Triple A, o el superfabuloso comité no consiguiera alcanzar un acuerdo, o algo. Pero la Reserva Federal finalizó su programa de adquisición de bonos en junio; Standard & Poor's rebajó a Estados Unidos en agosto; el supercomité alcanzó un punto muerto en noviembre; y los costes de los préstamos de Estados Unidos no han parado de disminuir. De hecho, a estas alturas, los bonos estadounidenses protegidos de la inflación pagan un interés negativo. Los inversores están dispuestos a pagar a Estados Unidos para que les guarde su dinero.

La conclusión es que 2011 ha sido un año en el que nuestra élite política se obsesionó con los déficits a corto plazo que de hecho no son un problema y, de paso, empeoró el verdadero problema: una economía deprimida y un desempleo masivo.

La buena noticia, por decirlo así, es que el presidente Barack Obama por fin ha vuelto a luchar contra la austeridad prematura, y parece estar ganando la batalla política. Y es posible que uno de estos años acabemos siguiendo el consejo de Keynes, que sigue siendo tan válido hoy como lo era hace 75 años.

Paul Krugman es profesor de Economía en Princeton y premio Nobel 2008. © 2011 New York Times Service Traducción de News Clips.

martes, 3 de enero de 2012

La tripulación del Titanic: artículo de Josep Fontana

Copiamos el texto de Josep Fontana aparecido hoy en Público.

Josep Fontana
Historiador

Las fotografías del nuevo equipo de Gobierno español desprenden un aire de incertidumbre, como el de los tripulantes de un navío que se encamina al desastre y que, incapaces de evitarlo, se resignan a su destino. Se explica así que hayan puesto al frente de la economía a un antiguo dirigente de Lehman Brothers, la primera gran empresa financiera que se hundió en 2008. Él, por lo menos, ya sabe cómo encaminarse al abismo con dignidad –y con un lugar asegurado en el bote salvavidas– y puede preparar a sus compañeros para este naufragio anunciado.

Se han olvidado las reglas que sirvieron para superar la recesión de los años treinta: auxiliar a las empresas para evitar su colapso y aliviar el sufrimiento de los trabajadores con una política social adecuada. Todo ello a costa del endeudamiento del Estado, que pudo compensarlo al salir de la crisis. Se ha escogido ahora, en cambio, la vía del auxilio a las empresas sin costes para el Estado, descargando todo el peso sobre las clases medias y los trabajadores. Eso es precisamente lo que significan las políticas de austeridad, como la que el PP se dispone a imponer de manera salvaje, tal como indican sus primeras decisiones económicas.

Parecen no querer enterarse de que hay cada vez más expertos que denuncian que esta política de austeridad es no sólo inútil, sino perniciosa. Lo sostiene, por ejemplo, Richard Koo, economista jefe del Nomura Research Institute de Tokio, quien afirma que evitar el despilfarro en el gasto público es conveniente cuando el sector privado está en plena forma y maximiza beneficios, pero que nada resulta peor que restringirlo cuando un sector privado en mal estado está agobiado por sus deudas. Actuar sobre una economía que no invierte reduciendo el gasto público no hace más que agravar la situación, sin contar con los efectos que tiene sobre el bienestar común: en Grecia, por ejemplo, faltan ya en los hospitales medicamentos esenciales, incluyendo las vacunas, lo que puede conducir a que resurjan la poliomielitis o la difteria.

Cuando pasó por España, en noviembre de 2011, Richard Koo insistió en que la crisis sigue siendo esencialmente bancaria, aunque haya acabado contagiando a la economía y a las cuentas públicas, y que pensar que estos problemas se resuelven “con una sobredosis de ajustes” y con reformas constitucionales “es un completo disparate”. Una opinión cercana a la que expresaba Paul Krugman cuando, valorando las nuevas medidas de austeridad anunciadas por los dirigentes europeos, las calificaba de “pura insensatez”.

En efecto, un análisis de las cifras de las últimas décadas muestra que los problemas de los países del sur de Europa no proceden de un exceso de gasto público, sino que son consecuencia de la propia crisis: de haber transferido al Estado, esto es, al conjunto de los ciudadanos, el coste de los errores de bancos y empresas privadas. En una nota publicada el 29 de diciembre pasado, Krugman demuestra que la relación entre la deuda pública y el PIB de estos países estuvo mejorando hasta 2007, lo que significa que su situación actual no es el resultado de un exceso anterior de gasto público.

En el mismo sentido se expresa Steve Keen, uno de los pocos economistas que previó la crisis de 2008, quien ha calificado como “una fantasía insensata” que se pretenda culpar a la deuda del Gobierno, cuando la crisis se debe ante todo a una burbuja de deuda privada que finalmente ha estallado, lo que le lleva a criticar severamente la lucha contra el déficit, que va a implicar que el Gobierno retire recursos de la circulación. El resultado final de las políticas de austeridad lo sintetiza así Krugman: “Como las familias están obligadas a estrecharse el cinturón, el Gobierno deberá estrechárselo también; y así seguiremos estrechándolo todo el tiempo hasta que lleguemos a una completa depresión”.

Lo ocurrido en los últimos años en la sociedad norteamericana nos indica a qué futuro conduce la austeridad: a un empobrecimiento de los más y un aumento de la riqueza de unos pocos. La desigualdad social ha aumentado en los últimos años hasta tal punto que, según el Factbook de la CIA, Estados Unidos es hoy una sociedad más desigual que Pakistán, Etiopía o Kazajistán. Dos noticias de prensa publicadas en fechas cercanas a esta Navidad lo ilustran: una nos dice que la remuneración de los dirigentes de las 500 mayores empresas aumentó en un 36,5% en 2010 y otra, que, en el mismo año, hubo 1.600.000 niños norteamericanos sin hogar, lo que representa un aumento de un 38% respecto de las cifras de 2007.

El Partido Popular nos conmina ahora a aceptar una política que recorta nuestros ingresos y aumenta los impuestos que nos gravan –sobre todo a aquellos que no podemos acogernos a la ingeniería fiscal para evadirlos, como lo hacen los titulares de las grandes fortunas– con la promesa de que la práctica de esta virtud acabará llevándonos a un grado de felicidad semejante al de los siete millones de trabajadores alemanes que perciben sueldos inferiores a los 400 euros y no tienen derecho a la sanidad pública ni a una pensión del Estado.
Puedo entender que quienes dirigen nuestra política y nuestra economía, con ingresos anuales de millones de euros, encuentren aceptable este programa, que les beneficia personalmente. ¿Pero lo aceptarán sin protesta los que tienen que pagar sus costes?