Las 10 razones de cualquier docente para estar disconforme con nuestra situación actual
1) Por el compromiso que se ha adquirido con los padres y madres de nuestros alumnos. Todavía a día de hoy se siguen celebrando reuniones con esa comunidad que representa uno de los pilares del entorno educativo, y en todas ellas se ha insistido en los perjuicios que no sólo la Ley de medidas extraordinarias sino la misma crisis económica, van a suponer en las aulas. No somos unos mentirosos ni nos movilizamos por el dinero, les miramos directamente a la cara para hablarles y ahora no podemos ni debemos dejarlos solos.
2) Por la defensa del “instrumento” más importante y valioso de nuestro trabajo, los alumnos. Todos sabemos que las cosas van a ir a peor, que la disminución en las partidas presupuestarias y en las dotaciones de los centros es ya bastante palpable y que ellos van a salir muy perjudicados. Por no hablar de la más que probable desaparición de apoyos, el aumento de las ratios y otras carencias más que probables el curso que viene.
3) Por el hecho de que se haya intentado menospreciar nuestra inteligencia. La carta de Sotoca y todas las intervenciones siguientes, en las que se dice que no van a “despedirse” interinos ¿Por qué no se asegura de una vez y de forma clara y explícita que las plantillas del año que viene serán, como mínimo, las mismas? La excusa del error tipográfico en el papel de la ley, que queda bastante clara en la intervención en el vídeo de Ramírez Burgos. La bajada del IRPF en nuestras nóminas para que no notáramos la disminución del sueldo. La ya famosa frase de Ramírez Burgos “Si la cosa va bien”, en referencia a la caducidad de la ley. O el que nos quieran vender este acuerdo como algo muy ventajoso. No son conscientes de que están tratando con personas inteligentes, formadas y preparadas, que son las que alimentarán las mentes de la sociedad que está por venir.
4) Por las mentiras, las medias verdades y la información tendenciosa y manipulada que aparece todos los días en la prensa y en los medios de comunicación, que deben hacernos reaccionar ante esa visión sesgada de la realidad. Es nuestra obligación como docentes abrir los ojos a la sociedad ante la utilización de esos medios como defensa de unos intereses partidistas.
5) Por el hastío que supone el ser siempre una cabeza de turco o un comodín ante las dificultades económicas. Estamos cansados de que los distintos gobiernos nos utilicen. Debemos exigir que el sistema educativo reciba un blindaje y una sobreprotección por parte de la sociedad y de los órganos que se encargan de su funcionamiento. Debemos impedir que sean las bonanzas y las crisis económicas las que manejen o decidan lo que es la educación.
6) Por el daño que las acusaciones de manipulación y engaño que se han vertido sobre nuestra profesión nos han hecho. Nosotros no somos políticos ni pretendemos serlo. Los docentes tenemos una gran responsabilidad en la educación de los que formarán el entramado de la sociedad en la que vivimos. Somos y siempre hemos sido conscientes de ello, pero desde la objetividad que representa y significa la esencia de nuestro trabajo. Nuestra labor es limpia y vocacional, nosotros mismos somos el garante de este valor. Quien no quiera ver que una disminución más que notable en las condiciones laborales y los derechos de los docentes influirá de manera perjudicial en la educación está ciego. Quien no quiera darse cuenta de que los recortes, sean cuales sean, van a disminuir la ya de por sí endeble y maltrecha educación, que no lo vea. Nosotros seguiremos gritándolo a los cuatros vientos y con una voz fuerte y serena. El entorno educativo no puede salpicarse por la política.
7) Por la situación de riesgo que acecha a los interinos y que es más que probable se haga realidad en el próximo curso. No creemos que este momento, aunque se empeñen en llamarlo coyuntural, no vaya a provocar la falta de contratación masiva. Las 600 jubilaciones previstas para el año que viene no van a ser cubiertas, dicho por boca del Consejero. La vuelta de liberados sindicales, ya está dando sus frutos en dos frentes: el primero en la falta de información que su labor implicaba, el segundo, el despido de un gran número de interinos.
8) Por la imposición del sistema de mutualidad en nuestro trabajo. La contrapartida a la desaparición de la reducción del 25% de nuestro sueldo en las bajas nos va a salir bastante cara. Por un lado esto significa el primer paso para la privatización del sistema público, tanto educativo como sanitario. Por otro, la intención más encubierta, es la de tildar a nuestro gremio de caraduras y gandules, que son capaces de coger bajas indiscriminadamente.
9) Por quienes piensan que lo de seguir exigiendo el restablecimiento de nuestros derechos es una decisión guiada por un interés político, para decirles que lo que nos mueve a seguir es algo más profundo, la dignidad. Es la capacidad de ver más allá en una sociedad dormida, manejada y dirigida al antojo de unos pocos, es el impulso que dan la inteligencia, el conocimiento, las perspectivas, las preguntas, la valentía, el desprecio del miedo, la duda. Los valores que esta sociedad adormecida enarbola y que anestesian a todos no nos sirven, los rompemos y luchamos contra ellos, quizás por eso no los reconozcan, no sean capaces de empatizar con ellos y de compartirlos. Lo cierto es que muchos de nosotros estábamos también dormidos y aletargados, pero sólo hemos necesitado esta chispa que nos ha despertado, nos ha hecho ponernos alerta y reaccionar. Pues hagamos que abran los ojos, que pregunten, que duden, que se informen.
Ahora, párate un segundo a pensar, intenta desprenderte de cualquier prejuicio, venga de donde venga, y actúa. Por tu dignidad. Porque la décima razón eres tú...
1) Por el compromiso que se ha adquirido con los padres y madres de nuestros alumnos. Todavía a día de hoy se siguen celebrando reuniones con esa comunidad que representa uno de los pilares del entorno educativo, y en todas ellas se ha insistido en los perjuicios que no sólo la Ley de medidas extraordinarias sino la misma crisis económica, van a suponer en las aulas. No somos unos mentirosos ni nos movilizamos por el dinero, les miramos directamente a la cara para hablarles y ahora no podemos ni debemos dejarlos solos.
2) Por la defensa del “instrumento” más importante y valioso de nuestro trabajo, los alumnos. Todos sabemos que las cosas van a ir a peor, que la disminución en las partidas presupuestarias y en las dotaciones de los centros es ya bastante palpable y que ellos van a salir muy perjudicados. Por no hablar de la más que probable desaparición de apoyos, el aumento de las ratios y otras carencias más que probables el curso que viene.
3) Por el hecho de que se haya intentado menospreciar nuestra inteligencia. La carta de Sotoca y todas las intervenciones siguientes, en las que se dice que no van a “despedirse” interinos ¿Por qué no se asegura de una vez y de forma clara y explícita que las plantillas del año que viene serán, como mínimo, las mismas? La excusa del error tipográfico en el papel de la ley, que queda bastante clara en la intervención en el vídeo de Ramírez Burgos. La bajada del IRPF en nuestras nóminas para que no notáramos la disminución del sueldo. La ya famosa frase de Ramírez Burgos “Si la cosa va bien”, en referencia a la caducidad de la ley. O el que nos quieran vender este acuerdo como algo muy ventajoso. No son conscientes de que están tratando con personas inteligentes, formadas y preparadas, que son las que alimentarán las mentes de la sociedad que está por venir.
4) Por las mentiras, las medias verdades y la información tendenciosa y manipulada que aparece todos los días en la prensa y en los medios de comunicación, que deben hacernos reaccionar ante esa visión sesgada de la realidad. Es nuestra obligación como docentes abrir los ojos a la sociedad ante la utilización de esos medios como defensa de unos intereses partidistas.
5) Por el hastío que supone el ser siempre una cabeza de turco o un comodín ante las dificultades económicas. Estamos cansados de que los distintos gobiernos nos utilicen. Debemos exigir que el sistema educativo reciba un blindaje y una sobreprotección por parte de la sociedad y de los órganos que se encargan de su funcionamiento. Debemos impedir que sean las bonanzas y las crisis económicas las que manejen o decidan lo que es la educación.
6) Por el daño que las acusaciones de manipulación y engaño que se han vertido sobre nuestra profesión nos han hecho. Nosotros no somos políticos ni pretendemos serlo. Los docentes tenemos una gran responsabilidad en la educación de los que formarán el entramado de la sociedad en la que vivimos. Somos y siempre hemos sido conscientes de ello, pero desde la objetividad que representa y significa la esencia de nuestro trabajo. Nuestra labor es limpia y vocacional, nosotros mismos somos el garante de este valor. Quien no quiera ver que una disminución más que notable en las condiciones laborales y los derechos de los docentes influirá de manera perjudicial en la educación está ciego. Quien no quiera darse cuenta de que los recortes, sean cuales sean, van a disminuir la ya de por sí endeble y maltrecha educación, que no lo vea. Nosotros seguiremos gritándolo a los cuatros vientos y con una voz fuerte y serena. El entorno educativo no puede salpicarse por la política.
7) Por la situación de riesgo que acecha a los interinos y que es más que probable se haga realidad en el próximo curso. No creemos que este momento, aunque se empeñen en llamarlo coyuntural, no vaya a provocar la falta de contratación masiva. Las 600 jubilaciones previstas para el año que viene no van a ser cubiertas, dicho por boca del Consejero. La vuelta de liberados sindicales, ya está dando sus frutos en dos frentes: el primero en la falta de información que su labor implicaba, el segundo, el despido de un gran número de interinos.
8) Por la imposición del sistema de mutualidad en nuestro trabajo. La contrapartida a la desaparición de la reducción del 25% de nuestro sueldo en las bajas nos va a salir bastante cara. Por un lado esto significa el primer paso para la privatización del sistema público, tanto educativo como sanitario. Por otro, la intención más encubierta, es la de tildar a nuestro gremio de caraduras y gandules, que son capaces de coger bajas indiscriminadamente.
9) Por quienes piensan que lo de seguir exigiendo el restablecimiento de nuestros derechos es una decisión guiada por un interés político, para decirles que lo que nos mueve a seguir es algo más profundo, la dignidad. Es la capacidad de ver más allá en una sociedad dormida, manejada y dirigida al antojo de unos pocos, es el impulso que dan la inteligencia, el conocimiento, las perspectivas, las preguntas, la valentía, el desprecio del miedo, la duda. Los valores que esta sociedad adormecida enarbola y que anestesian a todos no nos sirven, los rompemos y luchamos contra ellos, quizás por eso no los reconozcan, no sean capaces de empatizar con ellos y de compartirlos. Lo cierto es que muchos de nosotros estábamos también dormidos y aletargados, pero sólo hemos necesitado esta chispa que nos ha despertado, nos ha hecho ponernos alerta y reaccionar. Pues hagamos que abran los ojos, que pregunten, que duden, que se informen.
Ahora, párate un segundo a pensar, intenta desprenderte de cualquier prejuicio, venga de donde venga, y actúa. Por tu dignidad. Porque la décima razón eres tú...
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